25/02/2015

La grabación del single de invierno

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Cinco años después de nuestra última sesión en un estudio, volvemos a juntarnos en Almävi Estudios para la grabación de nuestro primer sencillo estacional, compuesto por la emotiva Little Sister (Time Keeps passing By) y la trepidante Cautiva Dora.

Cruzamos el siempre entrañable umbral de entrada a Almävi, uno de los pocos estudios analógicos genuinos que aún hoy quedan. Al mando de la mesa de mezclas, una vez más, Vicente Frías, con quien compartiremos dos semanas de trabajo intensas.

El 10 de febrero montamos la batería de Raúl Espinola y la sonorizamos, colocando infinidad de micrófonos, a diestra y siniestra, que Vicente cuidadosamente calibra en la mesa.

Aunque Raúl lleva ya dos años en Viciosfera, este es su debut oficial en un estudio de grabación. Habitualmente, separamos la sonorización de la grabación efectiva en días diferentes, pues la preparación de la batería es una tarea que de por sí consume mucho tiempo. Pero Raúl, muy motivado y sin aparentar cansancio, se coloca los cascos, en los que tiene una pista de referencia con una claqueta y una guía de voz y guitarra, decidiéndose a afrontar la grabación. No es una tarea fácil: un error de ejecución, en un entorno analógico y sin posibilidades de edición post-grabación, implica volver a repetir desde el comienzo. Con “Cautiva Dora” sonando a 160 bpm y un desgaste energético tremendo, más vale conseguirlo pronto.

Y así es. Con su admirable concentración característica, Raúl culmina los dos temas en apenas unos intentos.

Dos días después acude al estudio Pablo Carrascal, bajista de Viciosfera desde noviembre. Llevo semanas escuchando cada versión que ha ido realizando de su arreglo y estoy ansioso por conocer cuál será la versión definitiva. Al igual que Raúl, es su primera vez en un estudio de grabación.

Para grabar el bajo no se necesita hacer uso de la sala insonorizada, pues va conectado directamente a la mesa de mezclas a través de una caja de inyección, lo que contribuye a crear un ambiente más relajado. Sin mucha historia, se completa con éxito la grabación, quedando así ya definido el esqueleto rítmico-armónico (batería/bajo) de ambas canciones.

Tras el fin de semana de descanso retomamos las sesiones el lunes 16 para grabar las distintas capas de guitarra, algunas de las cuales he diseñado apenas unos días antes.

No tengo claro el sonido definitivo a elegir para cada parte y le presento a Vicente una muestra de los sonidos que he estado trabajando, confiando en su buen hacer para ayudarme a decidir. Coloca dos micrófonos en el VOX AC-30 que he llevado al estudio y, después de unos reajustes tímbricos, comenzamos la grabación.

Tras un par de horas de trabajo intenso, quedan grabadas las ocho capas de guitarra que conforman los dos temas.

La tarde del día siguiente, martes, la invertimos en la grabación de mi voz. En condiciones normales, no solemos hacer esto hasta después de todas las partes instrumentales, pero por problemas de calendario de Loreto Toscano, pianista de Viciosfera, es necesario adelantar esta fase.

El jueves 16 acometemos la grabación del teclado Yamaha enorme de Loreto, que vuelve a cruzar la puerta de Almävi tras estos años que hemos estado apartados del estudio. Al igual que sucede con el bajo, no se precisa del uso de micrófonos, de modo que Vicente procede a grabarla directamente desde la sala de control.

Siempre nos sucede: tenemos que dar una vuelta a la colección de sonidos del teclado, para terminar de decidir el timbre de alguna que otra parte concreta. Este tipo de decisiones de última hora, a las que ya estamos acostumbrados, forman parte del encanto de la grabación en el estudio. Buen número de fragmentos melódicos de nuestro repertorio han sido escritos en el instante previo a ser grabados.

Como simple anécdota, Loreto me dio permiso para intervenir brevemente, a la usanza de Hitchcock en sus películas, en la grabación del teclado de ambos temas. Hay un instante, que mantendremos en secreto, en el que aparezco tocando yo.

Finalizado el trabajo con los teclados, continuamos con la grabación de los coros de Loreto. La dualidad de las voces suya y mía es uno de los sellos característicos de Viciosfera, presente en todas las canciones a excepción de Putting the world to death, tema en el que participó la gran cantante Mónika Ruth Córdoba.

Un día muy intenso del que salimos bien tarde de Almävi, pero dejando todo visto ya para sentencia.

Nos reunimos nuevamente al día siguiente, viernes 17, para proceder al gran momento: la mezcla final, un proceso muy delicado en el que nos encomendamos nuevamente a la experiencia de Vicente. Equilibrar adecuadamente cada parte es una tarea difícil, muy personal, en la que el técnico tiene ocasión de desplegar todo su arte, tomando decisiones complicadas sobre cómo situar cada instrumento. De una misma grabación, podrían salir infinidad versiones completamente diferentes de cada tema.

Con las dos canciones ya mezcladas, la etapa final es la masterización, otra labor muy personal que implica tomar decisiones sobre el carácter global de la pieza, como su ecualización, compresión, etc. Típicamente conlleva también la audición del resultado en diversos tipos de entornos y reproductores.

Al despertarme el domingo 22 me encuentro en el buzón de correo un mensaje de Vicente con un enlace a los masters de Little Sister (Time Keeps Passing By) y Cautiva Dora. Misión cumplida.

Un trabajo apasionante con el que hemos disfrutado muchísimo, desde su concepción inicial hasta su materialización final en el estudio.

Una vez creadas, estas obritas cobran entidad propia y su destino poco depende de los creadores. Pero, pase lo que pase, siempre nos emocionará reencontrarnos con ellas y siempre nos sentiremos orgullosos de ser sus padres.

Toca dejarlas crecer, no mirar atrás y seguir creando, que es lo que verdaderamente nos mueve: ya está en marcha la preparación del que será el sencillo de primavera.

La emoción continúa.

Javier Montero Gabarró

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